Hoy es un domingo de agosto atípico, un domingo ceniciento, pesado, un domingo que ha intentado desperezarse con cuatro gotas que, despistadas, se han dejado caer desde un cielo triste que llora la marcha de una persona demasiado joven, demasiado vital, demasiado auténtica como para despedirse tan pronto. No la conocíamos demasiado, pero sí lo suficiente para sentir su pérdida y para que un nudo se haya instalado en la boca del estómago.
Hoy el corazón nos impide concentrarnos. Pero de un momento amargo como éste confiamos en que más adelante pueda surgir algo bello.
Anillos con base de fimo para ser pintados.
Pobre chica, qué pena más grande.
ResponderEliminarUna lástima de las de verdad.
Descansa en paz allí donde estés.
Tu corazon es demasiado grande el mio se queda en stop, ni siquiera se como entederlo todo y ni siquiera se si deseo hacerlo
ResponderEliminarDoña A.
:C
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