Pues sí, señores, tanta creatividad y tanta fiesta es lo que tiene, que le dejan a uno hecho unos zorros después de tantas prisas y preparativos de última hora.
Pero sin duda el balance de la tarde noche de ayer fue muy positivo.
Aquí al poco de llegar, desplegando las cestas, cajas y bandejas sobre la mesa.
Después de mover todo de lado a lado, llegó el momento de parar y respirar hondo: Vale, definitivamente, así se queda, ya está montado.
En esta otra foto se ve el puesto completo y a la otra mitad de The yllw line. ¡Ya nos habéis puesto cara después de tanto tiempo!
Los bolsos ondeando en la parte superior, las tacitas y un plato pintados a mano, igual que las camisetas y un tanga (jijiji, sí, habéis oído bien, pero nadie se animó a llevárselo a casita), anillos, pendientes, broches de todo tipo, colgantes, fundas de móvil, imanes...
Por supuesto, también tuvieron un papel estelar las cajas que habíamos tuneado en las últimas semanas :D
La geisha no acabó la noche con nosotros y las mariposas del plato también volaron con su nueva dueña. ¡Y los anilletes multicolores triunfaron muchísimo!
Algunos imanes también nos dijeron adiós, las llaves maestras andan abriendo puertas secretas por otros lares, alguien muy especial podrá ver maravillosos detalles gracias a sus nuevas gafas, y el mundo seguirá girando acompañado con sus prismáticos, pero lejos de nosotros.
Vendimos todos los anillos de fimo pintados con base de filigrana, la Menina se lanzó a conocer mundo lejos de los otros broches de fieltro y el Conguito lo compraron para una niña muy especial.
Pero más allá de las ventas, nos quedamos con las visitas que recibimos. ¡Muchísimas gracias por venir a vernos, a pesar de que el agua se empeñó en aparecer en algunos momentos! Gracias por apoyarnos, por vuestras palabras y, por supuesto, por vuestra amistad.
¡Pero qué bien acompañados estuvimos!
Y muchas gracias también a toda la gente desconocida que se paseó delante de nuestro puesto, a los que sonreían al ver los broches de halloween, a los que admiraban las tazas, a la niña a la que se le iluminó la cara al ver a Patricio y que se fue más contenta que unas castañuelas con su nuevo amigo en un sobrecito, a todos aquellos que nos preguntaban si teníamos una tienda física y a los que, voluntariamente, cogieron tarjetitas y las guardaron.
Y, por supuesto, muchas gracias a MadeinZGZ, por empeñarse en demostrar que nuestra ciudad se mueve, que está llena de gente con muy buenas ideas y ganas de trabajar en lo que les apasiona. Ha sido todo un placer contar con un huequito en la fiesta de la creatividad.