- Me duele un poco aquí.
- ¿Dónde?
- Justo aquí.
- Ahí está el corazón. ¿Cómo te puede doler el corazón?
- Sí, desde que nací me dijeron que mi corazón no estaba sano, que me iba a dar problemas, que poco a poco iría bajando el ritmo, hasta pararse un buen día.
- Yo no quiero que se te pare el corazón.
- Yo tampoco, pero no puedes hacer nada, ni yo tampoco.
- Sí que puedo, te haré un corazón de fieltro, un corazón con una forma perfecta, lo coseré con unas puntadas muy juntas, para que nunca se rompa y será blandito y amoroso para que todo lo bueno enraice sobre él y lo proteja. ¿Querrás?
- Por supuesto, será genial sentir su calidez en mi interior. ¿Podré ver cómo lo coses?
- Claro, esta misma noche lo hacemos y mañana lo estrenamos con un largo paseo :)
- Gracias.
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