Hace tiempo que me apetecía pintar una camiseta sobre charcos y botas de agua. Y lo más importante: ¡quedármela! Porque ya sabéis que en casa del herrero...
La idea inicial era algo diferente, pero no tuve paciencia (ni tiempo, para qué engañarnos) para ir de tienda en tienda en busca y captura de la camiseta perfecta que tenía en mente. Así que opté al final por ésta y como era bastante escotada, tuve que adaptar el diseño.
Pero aún así estoy más contenta que unas castañuelas con mi camiseta nueva, que estrené ayer, por cierto.
Además de las botas, que descansan tan campantes en un charco, unas cuantas gotitas verde-azuladas caen desde arriba dispuestas a mojar al personal. Y para terminar de dar un toque personal, sustituí los botones blancos originales por otros de colores, azules, rosa y rojo.
Ya nos han encargado una camiseta con el mismo modelo. ¡Estamos dispuestos a llenar las ciudades y pueblos de botas de agua de todos los colores!
me ha gustado un montos, a mi siempre me han encantado las camisetas pintadas, de pequeña mi madre tenia una amiga que no regalaba siempre camisetas pintadas y me gustaban un montos porque nadie tenia una igual.
ResponderEliminarun besazo guapa
Qué apañadica... quién quiere Zara, "Fresca"o la tienda de los violines... jejeje.:D si así estás guapísima !
ResponderEliminar¡Gracias chicos! La verdad es que estoy feliz como una perdiz con la camisetica. Lo malo es que ha sido hacerla y venir el frío frío. Pero vamos, que con chaquetas encima, cual cebolla, se apaña todo.
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