martes, 19 de abril de 2011

Horneando deseos


Esta mañana hemos encendido el horno, pero no para preparar nada comestible. Hemos horneado nada más y nada menos que deseos. Con nuestro buen amigo Shrink plastic hemos creado las bases que después hemos pintado a mano.
Es divertidísimo ver cómo el plástico va encogiendo, se retuerce, se dobla, se hace pequeñito y va tomando grosor. Para qué vamos a engañarnos, se comporta como le da la gana. Y aunque al principio resultaba un poco desesperante, hay que ver el lado positivo y de este modo tenemos la certeza de que no habrá dos piezas iguales.

Fijaos en estos tres broches ya pintados, realizados con la misma plantilla, cada uno sin embargo tiene medidas diferentes.


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